Aprovecho que me toca revisar el concepto de patrocinio para reflexionar sobre un caso que hemos vivido de cerca y que en ocasiones sale de nuevo a la palestra como cuestión de debate: Se trata del día en que Petronor comenzó a "manchar" la camiseta del Athletic Club.
Erasé una vez un club de foot-ball, orgullo de un pueblo y que durante 110 años de historia había mantenido su zamarrra, casi siempre rojiblanca, a salvo de invasiones mercantilistas y demás business. Quitando alguna aparición anecdótica y consentida de la marca Euskadi, el resto era una balsa de aceite zuri-gorri inmaculado. Para un club como el nuestro en el que sus valores y lo que representa para su entorno es muchísimo mayor que su número de títulos, suponía una gran barrera el seguir la senda del resto de clubs y prostituir su indumentaria "anunciando" una marca comercial. Sin embargo, en aras de seguir siendo competitivos en una liga cada vez más universalizada y tras una serie de años deficitarios en todos los ámbitos, la directiva de turno decidió dar el paso que ya estaba asumido en asamblea por la mayoría de sus socios: permitir a una empresa con ánimo de lucro, en este caso la vizcaina Petronor, anunciar su marca en la elástica bilbaina. 2 millones de euros anuales tuvieron la culpa, un montón de tabues cayeron. Todavía leo a la gente en los foros preguntar cómo se puede quitar "lo de Petronor" para que la camiseta quede como la de antaño. En realidad ya no se puede, el club ganará su próximo título con publicidad en las camisetas.
¿Petronor? Lava su imagen de empresa contaminante asociándose a unos valores que su público objetivo defiende a muerte. Su dinero le cuesta aunque, en mi opinión, le sale barato.
Moraleja: no se le pueden poner puertas al campo, aunque se llame San Mamés. Eso sí, la verdad es que entre tanto business a veces nos visita algún loco como Bielsa que nos enseña que al final, el foot-ball es un juego y que en definitiva se trata de meter más goles que el contrario, aunque se llame Manchester United (por cierto, símbolo donde los haya de la prosperidad económica del foot-ball-business).
Termino con el título con el que he estado apunto de emprezar: Patrocinio, ¿un mal necesario?
un mal necesario dependiendo a que quieras jugar.
ResponderEliminarJesse Owens perdio su ficha federativa y la medalla olimpica (se la acabaron devolviendo) por jugar años despues al beisbol cobrando.
Los locutores del Cinco Naciones de hace unos años se dedicaban a listar las profesiones de los participantes (con alto nivel de carniceros y policias municipales, por cierto).
Las lineas rojas las pone cada uno pero algunas hay que cruzarlas. Lo bonito seria rechazar todo jugador que no lleve desde los cadetes en Lezama, amateur en todas las etapas incluyendo primera plantilla, que no se vayan nunca a otros equipos, sin ningun tipo de ingreso que no venga de las cuotas de los socios y la cafeteria de San Mames. Y por supuesto, ganando un titulo cada 4 o 5 años y participando cada dos en competicion europea, como minimo.
En el futbol moderno hay que buscar el dinero de donde sea y la camiseta es un lugar estupendo.